La tardía revolución industrial española
Términos como “tardío” en historia siempre son adjetivos relativos, no
existe una norma absoluta que determine cuándo o cómo deben darse los procesos
históricos.
Si se habla de una revolución
industrial tardía
en España, es en relación al ámbito
socioeconómico en el que se encontraba relacionada con otros países.
Mientras Europa
entraba en el siglo XIX en una acelerada industrialización con
firmes instituciones liberales, tanto a nivel político (democracias liberales o
monarquías constitucionales) como a nivel económico (predominancia del
laissez-faire), España se refugiaba, con la restauración de
la monarquía absoluta, en un
despotismo ilustrado anacrónico.
En él, ministros
como Ballesteros o Cea Bermúdez desesperaron a la burguesía y
contentaron al rey a costa de perder el crédito extranjero y dejar la Hacienda en un estado
calamitoso.
Despotismo ilustrado
en el siglo típico del librecambio había forzosamente de significar proteccionismo.
Proteccionismo hacia los cereales, roto únicamente cuando la crisis de
subsistencias eran tan graves que no había otra solución más que importar
grano.
Proteccionismo a la industria
textil catalana,
que era una condición sine qua non del apoyo de Cataluña al gobierno.
Proteccionismo a la industria
siderúrgica vasca
y asturiana, única manera, entonces, de paliar el atraso técnico.
El proteccionismo
fue una expresión más de la debilidad estructural de la burguesía
española. Las comunicaciones y transportes estaban basados en
la arriería y en la carretería, la lentitud y la precariedad de estos medios de
transportes frente al moderno ferrocarril que ostentaban las otras naciones era
una rémora gravísima.
Cuando los gobiernos progresistas intentaban ir demasiado lejos en sus
programas liberales no sólo tenían que enfrentar a los sectores más reaccionarios,
sino que además tenían que evitar aparecer ante los ojos de la clase popular
como una alternativa aún peor.
Pensemos que los
clientes de la industria textil (la única que merecía ese nombre en la primera
mitad del siglo) era esencialmente la masa de población que, directa o
indirectamente, les proporcionaba las materias primas.
La producción de metales entrado el siglo XIX
Es bastante claro
que la primera mitad del siglo XIX transcurrió, en líneas generales,
entre los intentos de laburguesía por llegar al poder y su fracaso en
lograrlo. Sin duda, fue consiguiendo espacios económicos importantes, pero fue
incapaz de exponer un claro programa político burgués que instituya una
sociedad democrática, lo que enlenteció el proceso de industrialización con la inestabilidad de leyes
arancelarias y administrativas que no acababan de instituir de manera efectiva
la apertura al librecambio.
La década de 1840,
sin embargo, conoció algún progreso de la mano de la creciente industria textil catalana. Entre 1836 y 1840 se
importaron 1.229 máquinas a Cataluña, y hacia 1845 la utilización del vapor en
la industria textil era algo normal.
En 1848, fue
inaugurada la primera vía férrea de España, el ferrocarril de Barcelona
a Mataró, de 28,25 kilómetros de largo. En 1847 había 28.000
telares y 97.000 obreros del ramo y desde entonces los números fueron
creciendo, junto con la población de Barcelona que en 1857 tenía 183.787
habitantes.
Grabado
conmemorativo del Centenario del primer tren que circuló entre Barcelona y
Mataró (ALCAIDE GONZÁLEZ)
En el norte de
España, por otro lado, comenzó a surgir aisladamente otra de las típicas bases
de laindustrialización,
hornos siderúrgicos, con la fábrica de Trubia en 1840.
En cuanto a la minería,
hasta 1839 ni siquiera existía alguna ley que regulara el aprovechamiento del
subsuelo. A partir de entonces se constituyen numerosas sociedades mineras, en
Cataluña sobre todo, pero la industria hullera continuó estancada, ya que la
escasa siderurgia de entonces no utilizó carbón de piedra sino hasta 1848.
A grandes rasgos
vemos, entonces, un largo período de estancamiento industrial, que coincide con
el período absolutista de Fernando VII.
Durante esta etapa apenas hay cambios apreciables en la economía española;
dicho período se rompe hacia 1834, pero lenta y tímidamente: aparecen en la
periferia los primeros signos deindustrialización,
se elaboran las primeras leyes desamortizadoras y comienza a moverse el capital.
Salida del tren de
la antigua estación de Barcelona (Biada)
Hacia 1850 comienza
a desarrollarse en España el proceso de revolución
industrial, pero a diferencia de los países
industriales europeos, en España este proceso no tiene el mismo
significado, tampoco la evolución política es paralela: mientras que 1848 es para toda Europa un año de
revoluciones y triunfo total del liberalismo, enEspaña se
abre entonces un período moderado hasta 1868 en donde no habrá revoluciones
liberales.
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